¿Te caí Nezahualcóyotl? 1ra. Parte
Por Norberto El Herrera
Al Tecuhtli Acolmiztli Nezahualcóyotl, se le han atribuido 36 cantos o poemas auténticos, los cuales aparecen publicados en los libros de Ángel Ma. Garibay, “Poesía Náhuatl. Romances de los Señores de la Nueva España, Manuscrito de Juan Bautista de Pomar”; pero también, y por otra parte, hay un número más o menos igual de cantos o poemas de los cueles se tiene duda de la autoría de Nezahualcóyotl, sobre todo por el contexto temático, por la expresión lingüística y por la cosmo-percepción propia del poeta y que sabemos era fuente de su inspiración. Aquí expongo uno de estos poemas del cual se tiene duda de la autoría de Nezahualcóyotl, dentro del trabajo de Re-Significación que hago de la poesía, del llamado “Rey Poeta de Texcoco”; uno de los poemas más conocidos de Él, y que incluso, fue publicado en el billete mexicano de cien pesos.
“Amo el canto del ave cenzontle,
pájaro de cuatrocientas voces.
Amo el color del jade
y el enervante perfume de las flores,
pero más amo a mi hermano: el hombre.”
En relación al último verso “…pero más amo a mi hermano: el hombre.”, a manera de platica con el Weyi Tlahtoani, comenzaríamos por preguntarle: ¿Te caí Neza? ¿Neta? ¿Me lo prometes? — ¡Fíjate bien lo que me estás diciendo!
Si amabas tanto a tu hermano el hombre, entonces:
- ¿Por qué tenías un gran número de sirvientes, solo para tu bienestar?
- ¿Por qué del trato diferenciado entre tus concubinas y tú esposa?
Si amabas tanto a tu hermano el hombre:
- ¿Por qué participaste en más de treinta batallas para recuperar Tetzcoco, conquistando Otumba, Huexotla, Chalco, etc., con la consiguiente aniquilación de muchos seres humanos?
- ¿Por eso mataste personalmente a tu tío Maxtla, quien había usurpado tu señorío?
- ¿Por eso expediste leyes cuyo castigo era la pena de muerte: la horca o la decapitación?
- ¿Por eso fuiste gobernante implacable, incluso, sentenciando a tu hijo a muerte, por violar una de tus leyes?
Como amabas tanto a tu hermano el hombre:
- ¿Es por eso, que mataste a la mujer que te escondía, cuando huías de los tepacnecas, porque pensaste que te iba a delatar?
- ¿Y por eso mandaste a uno de tus vasallos para que lo mataran en vez de a ti, cuando tu hermano Yancuiltzin, por indicación de Maxtla, te preparó la muerte, para ejecutarse en la reunión a la que te había invitado? (Y al darte cuenta, lo mandaste a él, a tu vasallo, un campesino el cual fue degollado).
- ¿Por eso mandaste a Cuacuauhtzin (Tecuhtli de Tepexpan) a combatir contra los tlaxcaltecas, en una guerra florida, acordando con ellos su muerte, aun cuando Cuacuauhtzin te solicitaba que no lo hicieras y te preguntaba ¿Por qué lo aborrecías? Claro está, que el objetivo era dar muerte al Señor de Tepexpan, para poder quedarte con su prometida, la bella Azcalxochitzin. Todo un plan bien organizado, la astucia y el crimen de Nezahualcóyotl para librarse del obstáculo llamado Cuacuauhtzin.
- Si amabas tanto a tu hermano el hombre: ¿Por qué, cuando recuperaste tu señorío, mandaste matar a todo aquel que se revelase? Y a otros los mandaste matar, por haber apoyado en su momento a los tepacnecas.
Es solo que Nezahualcóyotl, también gustaba de la guerra expansionista, y tenía sed de conquista. Aunque se dice que solo fue para beneficio de su pueblo, por lo que hay que precisar, que también fue para perjuicio de muchos otros pueblos. Las conquistas aumentaron sus dominios, hasta Cuauhnahuac y la huasteca.
Se juntan en la personalidad de Nezahualcóyotl el hombre de espíritu y el guerrero, y que contradictoriamente a lo conveniente de la historia que de él se nos ha contado, la violencia y el crimen, tanto como la matanza ritual no le fueron ajenos, hasta el momento en que comprendió la verdad, la belleza y la bondad en las realidades espirituales, hasta ese momento en que renace a su renuevo de comprensión espiritual y de rectitud divina. Cuando comprendió que el ser humano que se reajusta a la vida, desde su interior, también se reajusta con el universo, es entonces cuando se dice, que ha nacido de nuevo, que ha nacido del espíritu.
- “Por fin lo comprende mi corazón…”
- “Soy Yoyontzin”
Continuará…