Elección de candidaturas para el 2023.
No hay plazo que no se cumpla ni fecha que no se llegue, el pasado 20 de julio el Consejo General del INE aprobó criterios con la finalidad de que los partidos políticos nacionales realicen modificaciones a sus documentos básicos para garantizar la paridad sustantiva a través del criterio de competitividad en las postulaciones a las gubernaturas. Asimismo, estableció que deberán postular al menos a una mujer en las candidaturas de gubernaturas para las elecciones de Coahuila y Estado de México en 2023.
Los criterios, se emitieron en acatamiento a una sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación mediante la que ordenó a los partidos políticos nacionales adecuar sus documentos básicos a más tardar el 31 de octubre del presente año para garantizar la paridad sustantiva, aquí entramos al territorio interno de los partidos que tiene muchas implicaciones, la Dra. Flavia Freidenberg en el artículo “La democratización de los partidos políticos: entre la ilusión y el desencanto”[1] hace un estudio comparativo de los últimos años de los partidos políticos que han hecho un esfuerzo por competir en la arena electoral a través de reformas internas, entre éstas están las dirigidas a la selección de candidaturas a cargos de representación popular para dar la idea de una mayor apertura y participación para estar acordes con la ola democratizadora que ha vivido la región, sin embargo, no todo es lo que parece.
La realidad nos enseña que hay que diferenciar lo que es, lo que puede ser y lo que debería ser, es decir que una cosa está en los documentos partidistas, otra cosa pasa en la vida interna del partido y otra muy diferente lo que nos gustaría que sucediera al interior de los partidos. La democracia interna de los Partidos Políticos tiene muchas dimensiones como la forma en que toman las decisiones y quienes participan de las mismas, la transparencia, la inclusión de actores, cuando se toman en cuenta las opiniones de los militantes, etc., podría pensarse que un partido político debería por definición ser democrático a su interior, sin embargo, la experiencia y los números han demostrado que partidos disciplinados, rígidamente centralizados y altamente cohesionados obtienen mejores resultados electorales lo que no es un buen incentivo para la democratización interna de los partidos, no resulta atractivo.
Entre otras cosas obvias como la posibilidad de ganar, la importancia de la selección de candidaturas radica en el efecto que tienen en el partido, las y los candidatos son la imagen del partido ante el electorado, representan a la organización y una vez pasada la elección serán los responsables del ejercicio del gobierno o de la oposición. Por ello las dirigencias partidistas tienen una gran resistencia a democratizar la selección de candidatos y prefieren una “democratización administrada” que no es otra cosa que un acto legitimador de arreglos entre élites que buscan preservar su control partidista[2].
Ante tal panorama quedarían dos cosas por hacer, la primera ya está en curso es la exigencia de la autoridad electoral para que emitan criterios competitivos en la selección de candidatos, la segunda es colaborar a concientizar al electorado para que se premie en las urnas a los partidos más democráticos y participativos, lo cual generará un incentivo para los partidos políticos.
El 31 de octubre conoceremos la forma en que cada partido político elegirá a los candidatos y candidatas a las gubernaturas de los estados de Coahuila y México, es otro paso más a la paridad, estamos viviendo la historia.
Svetlana Arias.
[1] Flavia Freidenberg, 2006. “La democratización de los partidos políticos en América Latina: entre la ilusión y el desencanto”, en José Thompson y Fernando Sánchez Fortalecimiento de los partidos políticos en América Latina: institucionalización, democratización y transparencia. San José de Costa Rica: IIDH
[2] Ibid. Pp.25.