Evocación

Evocación

Norberto El Herrera

              Poema que invoca y evoca algunos versos de otros poetas

Pero sobre todo versículos bíblicos, y que algunos se insertan

literal e intencionalmente, con el noble propósito

de entregar el mensaje, y para que el mensaje sea más claro,

para el despertad urgente que se requiere, en esta guerra

en la que todos participaremos.

          

Dulces y bellos resplandores tengan todos ustedes

y puedan asistir a la luz,

puedan abrid los ojos

y observad el drama de mi tiempo.

“¿Acaso seré yo maestro?”

“Y si no eres tú, ni soy yo”

¿Quién maneja los hilos del mundo?

Dicen Roque: que “el presidente de Estados Unidos

es más presidente que el presidente de mi país.”

Pero ¿Quién gobierna al presidente de Estados Unidos

y al de Rusia y al de China y Corea

y al de la Gran Bretaña y Francia?

¿Serán acaso los mismos que gobiernan la otan

y la onu y el sionismo, y a la reina;

y la nobleza negra, y la bestia y la ramera y al Dragón Rojo?

y tienen al mundo en un puño,

ungido de terror y en la barbarie,

en la miseria incomprensible,

en la destrucción continua,

en el luto eterno.

Si el mundo está como está

no es porque haya merecido esa surte

“si no que provino de aquel que lo sometió”

Si no conocéis al ojo abominable,

(“Annuit Coeptis”)

a la mano orate, al dragón globalizador

que gobierna tras la sombra,

al amo del mundo y sus secuaces,

a sus esbirros que con ansias locas de poder

han entregado sus almas por “treinta monedas”,

los poderosos “encargados de ocultar al supra poder milenario”

entonces, estad atentos, velad la noche

y  “por sus frutos los conoceréis”;

porque nada hay encubierto,

que no haya de ser develado.

“Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne

sino contra las huestes oscuras

y las fuerzas sobrenaturales del mal”

contra el amo de los amos del mundo

y pronto este planeta se irá para siempre.

Oíd mis chingones glamurosos:

anuncien sus propósitos humanísimos, retorcidos, lascivos

y culminen su castrosa obra, así pronto amanecerá.

Resetead la economía y privatícenla fabianamente.

Oid imbéciles bellacos del mundo: uníos:

diséñennos  otra pandemia inconcebible,

prosigan con la agenda del dulce genocidio

fabríquennos una crisis alimentaria

y hágannos otra guerra pues,

giren la llavecita y aprieten el botoncito

y “boom”, “bíbidi bábidi bú”, ¡Que felicidad! A la gaver todos,

a la verdolaga mis distinguidos, mis finísimos,

todo se irá en un santiamén ni soñado,

como el humo de mi cigarro que se apaga en la noche,

como el eco de un suspiro que se esfuma.

Epopeya borrascosa.

“Oid mortales” paleros míos:

“Los machos” y “los ricos también lloran.”

“Aquí lloramos todos.”

“Yo aúllo”, yo chillo, yo tiemblo, yo sufro, yo me revuelco,

yo padezco de ceguera y de sordera autogestiva;

yo camino solo, yo tengo la mente cerrada,

yo me apago, yo me traiciono, yo soy nadie, vil mortal;

pero los poderosos también se desangran,

no son dioses como dicen;

son imbéciles, psicópatas testarudos,

testaferros del mal.

Solo los imbéciles  invisibles no lloran,

no tiemblan, no duermen, no sienten, no descansan

no mueren… por ahora…

y vendrán por mí en mí ausencia.

Hagan otro pacto con estos imbéciles y apaguen

el mundo para siempre,  ¡Apúrense!, ¡ya es la hora!

Oid y mirad mis pequeños ilustrados,

asalariados de risa,

compinches míos:

“el que domina la mente” (la nuestra)

“lo domina todo”

Norberto Herrera

Norberto Herrera

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