Los sustratos teóricos de la paz.
Existe una tentación extremadamente sutil y peligrosa de confundir la paz con la simple
ausencia de guerra, como estar tentados de confundir la salud con la ausencia
de enfermedad, o la libertad con el no estar preso. La terminología
es a veces engañosa. Por ejemplo, la expresión “coexistencia
pacífica” significa ausencia de guerra y no verdadera paz.
Dominique Pire
Los sustratos teóricos de la paz, elementos para un ensayo. Al respecto tengo algunos posibles títulos:
Educación para la paz después del “jolgorio” llamado 4t.
Educación para la paz, para idiotas.
Nos educaron y educamos para la guerra.
La educación para la paz, un “mejoralito”.
Educar desde la cosmovisión y el contexto filosófico-cultural.
Dependiendo del título es como debería de iniciar un ensayo.
Al momento iniciaré así los sustratos, el conflicto tiene una lectura negativa dominante, es algo que no debe, algo que no procede. Es una patología social, por tal motivo se tiene que “curar” la falsa percepción y denotación, popularmente aceptada.
El conflicto es un estado de hecho, loable al ser humano, por naturaleza somos agresivos, el sostener por sostener nuestro punto de vista es agresión, pero a la vez nos conduce en la razonabilidad, a la formación de la cultura.
Se debe tener en claro que la agresividad forma parte de la esencia humana que no es negativa, es positiva y necesaria por ejemplo para la autoafirmación psicológica, física, ya del individuo, ya de la sociedad como grupo, esto sustentado por la columna vertebral que es forjada de manera filosófico-cultural. La violencia es la cerrazón, el infringir daño físico a algo o a alguien.
Por otra parte ¿Quiénes tienen el poder de tomar decisiones? y están infringiendo en el control de:
El poder.
Los recursos económicos, políticos y sociales a nivel internacional, nacional y hasta en el club de amigos.
Los sistemas de educación.
La técnica y la ciencia.
Los medios de información.
Las redes sociales.
¿Quiénes son quienes detonan el conflicto?
En nombre de la educación se puede aseverar que el conflicto, la violencia inicial es a partir del consumismo, en consecuencia, se deben dar iniciativas mundiales y nacionales de carácter educativo para “aligerar” el problema que implica la economía mundial, el mercantilismo.
No podemos seguir tolerando que nos sigan proporcionando algunas de estas “pastillas para soñar”:
Educación para la no violencia de genero.
Educación para la paz.
Educación para los derechos humanos.
Educación para el desarme.
Educación para el conflicto y la desobediencia.
En cuanto a la educación para la paz, así como la educación con otros “apellidos”, el “sustento filosófico” es ¿el voluntarismo?, seguramente en alguna parte del mundo abra toda una gran indagación tendiente a fundamentar planes y programas de estudio implantados desde la familia e incrementándose en su devenir académico del ser humano.
La paz como concepto, parte de una especificación psíquica de la guerra, la educación para la paz se configura en la teoría educativa como una educación social, moral y religiosa.
Para la paz, para no a la guerra, el planteamiento más “nutópico”, es la educación forjada con fundamentos humanos (que no el humanismo), con resultados a mediano (pocos) y largo plazo. Esto sería al ritmo que la caída del sistema capitalista vaya pautando, si antes no es primero la tercera guerra mundial.
¿Qué no es mejor educar al hombre (género humano, macho y hembra) desde que nace, para la paz, pero al igual que para la guerra?
¿Qué no el ir haciendo claridad seria de mayor provecho para conceptualizarlos en la educación con fundamentos humanos, con fundamentos en las emociones?
Finalmente, ¿Qué no el negar (por parte de las mujeres) a sus hombres (padre, hijos, hermanos) también seria “Violencia de género”?
¿Es verdad que detrás de un hombre violento esta una mujer?