Ricardo Monreal y la Rodilla del Diablo
Lo retrate la primera vez en lo que llamó “Marcha Municipalista” de su natal Zacatecas con rumbo a la Ciudad de México, en demanda de más presupuesto para su entidad donde recién había ganado la gubernatura bajo la bandera del Partido dela Revolución Democrática, PRD. En dicha caminata fue acompañado por el también recién electo alcalde de Neza, Héctor Bautista López.
Seis años después Ricardo Monreal se convertiría en uno de los cuatro coordinadores regionales que tenía en el país el candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador; precisamente en el marco de esa campaña del 2006 en Uruapan, Michoacán, una noche el estridente Nicolás Mollinedo, “Nico”, pretendía dejar sin hospedaje a una veintena de enviados de distintos medios de comunicación que cubríamos esa gira.
Resulta que al término del último evento de ese fin de semana, Nico y su gente de avanzada logística literalmente tomaron un pequeño hotel situado en una colina en Uruapan, y al llegar el grupo de periodistas a registrarnos, la recepcionista señalo que el pequeño hotel estaba lleno. Hambrientos y muy cansados los enviados, que cubríamos nuestros propios gastos, buscamos resolver esa penosa circunstancia precisamente con el coordinador de prensa Cesar Yáñez, quien no estaba disponible en ese momento.
Entonces optamos por hablar con el propio Nico, quien de repente salió a la recepción en bermudas, pidiendo otra toalla de baño… aprovechamos ese momento para pedirle se resolviera esa penosa circunstancia, recibiendo una ultrajante respuesta: “yo no puedo hacer nada”, seguido tomó la toalla que le dio la recepcionista y se retiró sin más.
Carajo, las 10 de la noche, sábado, en una colina de Uruapan, sin una sola gente ni taxis ni nada, hasta que repentinamente llegó Ricardo Monreal en una camioneta suburban blanca (de esas que donó un gobierno municipal perredista mexiquense), vehículo que era usado también como su oficina móvil. Se le planteo la difícil situación, incluyendo el desplante de Nico, Monreal solo movió la cabeza en desaprobación y pidió 30 minutos para hacer algo.
Se retiró para instalarse al interior del hotel y en mendos de media hora apareció diciendo: “Muchachos no se preocupen, ya está resuelto, un amigo cuyo nombre me reservo, les dará hospedaje esta noche, no tendrán que pagar nada, y lo mejor, los está esperando hasta las 02:00 de la madrugada una cena con todo lo que gusten comer y beber…” Lo único complicado, siguió, será que tendrán que bajar en mi camioneta en dos grupos, pues como saben, los choferes de Nico ya están descansando.
Treinta minutos después llegamos al ansiado lugar, algo muy parecido al paraíso, el Hotel Mansión del Cupatitzio, ubicado en la calzada “Rodilla del Diablo”, donde fuimos recibidos con elegantes mesas con manteles blancos, velas, una música de ensueño y amables meseros, todo a un costado de la alberca. Comimos, charlamos, reímos hasta la madrugada, no sin antes haber recibido la visita de quien se nos presentó como el dueño del lugar, quien pregunto si estábamos bien atendidos y nos pidió despertar temprano, para que por ninguna razón nos fuéramos sin desayunar. Acompañaba al empresario y también entonces senador de la república, el mismo Ricardo Monreal, ambos tomaron un refresco con todos nosotros y se retiraron del hotel.
Poco tiempo después Monreal seria legislador, y en 2015 jefe delegacional en mi demarcación, Cuauhtémoc, CDMX, donde curiosamente tuvo seis meses como encargado de los camiones de basura y limpia, nada menos que al aludido “Nico”, tabasqueño de Teapa y también ex chofer del polémico Tsurito blanco de AMLO; sobra decir que el de Monreal no fue un buen gobierno, tanto que el zacatecano dejó en su lugar al hijo de otro ex gobernador tabasqueño, quien en 2021 terminó perdiendo, junto a media Ciudad de México, ante una coalición opositora a morena, conformada por los partidos PAN, PRD y PRI.
En 2022, Ricardo Monreal está en una encrucijada, se va de morena o lo expulsan de esa corporación política que ayudo a formar, una vez que la mayoría de ex perredistas se transformaron en morenos.